La tristeza y la depresión se convierten en seductoras, por más que
quieras huir de ellas siempre encuentran la manera de que caigas en
sus redes.
Encuentras comodidad y te acostumbras al sentimiento de vacío en tu
cuerpo. Quieres sentir dolor solo para recordarte que estás vivo, es
tu refugio y te cuesta salir de ahí.
Sientes ganas de llorar, de gritar, de correr, de escapar, de nunca
volver. Quieres sentir y al mismo tiempo deseas convertirte en
insensible.
Prefieres la apatía, así evitas crear un lazo sentimental con las
cosas que te rodean. El desgano y la amargura se apoderan de tu
cuerpo. Todos lo notan, todos lo ven, todos lo critican, pero ninguno
te comprende.
“Todo pasa por una razón” “ya llegara tu momento”, cuando
esas frases solo te causan risa en vez de darte esperanzas demuestras
que te has cansado, que tienes mucho tiempo esperando y que tu
paciencia se ha agotado.
Ya nada te anima, nada te entusiasma, pocas cosas te sacan una
sonrisa, quieres olvidarte de todo los que te rodea,
quieres viajar a tu mundo, donde solo existas tu, donde solo
importes tu, donde encuentres paz y respires tranquilidad, donde la
palabra “felicidad” no se vea tan lejana, donde puedas ser tu sin
restricciones, sin pretensiones y sin engaños, en donde quizás el
deseo de sentir vuelva a ti.
…I miss the comfort of being sad