El territorio chileno aumentó 1.200 kilómetros cuadrados tras el terremoto que azotó el centro y sur del país el pasado 27 de febrero, informó hoy el sismólogo Sergio Barrientos.
Barrientos, director científico del Instituto Sismológico de la Universidad de Chile, explicó, en declaraciones que recoge la edición digital del periódico El Mercurio, que a raíz del terremoto la costa chilena se desplazó hacia el Pacífico.
Este movimiento explica el desplazamiento que sufrieron algunas ciudades, como Constitución, 359 kilómetros al sur de Santiago, que está ahora 4,7 metros más al oeste.
Sin embargo, el científico apuntó que a esa misma altura, pero en la cordillera, el territorio apenas se movió un metro.
“Entonces el diferencial entre la costa y la frontera con Argentina es de 3,7 metros. Eso es lo que Chile se expandió”, matizó.
Barrientos, que hace una estimación de crecimiento medio de tres metros en una extensión de 400 kilómetros, apuntó que Chile ahora tiene aproximadamente 1.200 kilómetros cuadrados más de territorio.
No obstante, el sismólogo recordó que este territorio extra no será permanente y que el país volverá a tener el tamaño que tenía antes del 27 de febrero, aunque volverá a expandirse en el próximo terremoto.
“Esto ocurre durante el período postsísmico, justo después del terremoto. Pero entre terremotos, en los 150 ó 180 años que hay entre estos eventos, Chile se tiende a contraer en aproximadamente la misma cantidad”, explicó.
Barrientos señaló que la tendencia natural de Chile es de “adelgazar” debido a la convergencia entra la placa de Nazca y la Suramericana que acerca la costa a la cordillera de Los Andes.
El científico apuntó que precisamente este fenómeno es lo que explica que la Isla de Pascua se esté acercando cada vez más al continente.
“Si medimos la distancia entre la Isla de Pascua y un punto estable en Brasil, por ejemplo, esa distancia se acorta cada año en unos 7 centímetros, y en 100 años, serán siete metros”, indicó.
“Mientras se acorta esta distancia entre Isla de Pascua y algún lugar en Brasil, el contacto entre ambas placas se deforma y esa deformación implica una contracción de Chile, de la costa respecto a la frontera. Y esa distancia que se acorta es muy similar a la que después se libera con el terremoto principal”, añadió.
Según Barrientos, este proceso de extensión y contracción por el que Chile “adelgaza” cada año y vuelve a “engordar” cuando hay un terremoto, complica la elaboración de los mapas del país, que tienen que ser replanteados cada vez que la tierra se mueve.