No, esta vez no la llevan al hospital otra vez.
Tras casi un año en la isla caribeña de Santa Lucía, donde hace poco tuvo su regreso en vivo, muy accidentado por cierto, Amy pidió la residencia fija en el lugar al gobierno local, que lo están considerando.
Este es un punto bastante picante, ya que pagaría muchísimos menos impuestos por sus regalías de álbumes que en el Reino Unido.
Mientras tanto, desde Londres, sus padres, Janis y Mitch, están preocupadísimos, y le piden a su hija que deje de beber.
Janis dice: "La necesidad de rescatarla es enorme, quiero que mi hija esté bien, niega sus problemas todo el tiempo."
Papá Mitch es más optimista: "Hubo una mejoría gradual, notable en los últimos seis meses. Se está limpiando de drogas, pero recae en la bebida."
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