Desde Rotterdam, Holanda, el grupo de arte geek Moddr lleva casi dos años predicando sobre las bondades del suicidio, tanto así que inventó una máquina para dar fin a la vida, para muchos, esa inevitable cadena de tormentos.
El colectivo, encabezado por Gordan Savicic, Danja Vasiliev y Walter Langelaar, pregona sin tapujos que la muerte es también un renacer. Su misión: la redención de las almas en pena.
El suicidio que proponen estos holandeses no es más que una metáfora sobre el fin de la vida mediada por computadores y redes sociales. Una vida artificial donde los usuarios les regalan sus más íntimos secretos a las corporaciones y a los Estados. La vida, para ellos, es para disfrutar experiencias reales: nada que el mundo 2.0 pueda superar, nada que la virtualidad pueda reemplazar. Por eso desarrollaron la Suicide Machine: una máquina de la muerte que hasta el momento ha liberado a 6.000 usuarios –mientras otros 80.000 están en lista de espera– de sus perfiles de Facebook, MySpace, LinkedIn y Twitter.
Si bien es posible eliminar las cuentas en cualquiera de estas redes, mucha información suele quedarse consignada en los servidores, incluso después de esto, por lo que el software de la Suicide Machine se encarga de borrar cualquier rastro de su vida virtual (fotos, posts, información personal), dejando un perfil vacío al que no se podrá volver a acceder jamás.
Manualmente, este proceso se puede demorar alrededor de diez horas, pero esta máquina reduce toda la inmolación virtual apenas a una hora. Una hora en la que, a través de una pantallita, el usuario podrá ver cómo el programa anula su personalidad 2.0, cumpliendo aquella promesa de que, antes de morir, toda la vida transcurre delante de sus ojos en el último segundo.
El proyecto, que nació luego de una Noche de Suicidio 2.0 en una discoteca en Rotterdam en la que los asistentes cerraban sus perfiles en redes sociales de manera colectiva, hace parte de una serie de obras que busca darles una mirada crítica a Internet y sus desusos.
Por esto mismo, los dueños de la Suicide Machine, partidarios del Open Source Movement, buscan compartir los códigos del proyecto para que cualquiera pueda suicidarse solito, sin ayuda y desde casa. Finalmente, su ideal es claro: la privacidad es sagrada y la web debe ser un territorio sin tiranos.
FUENTE: http://fanultra.posterous.com/la-maquina-del-suicidio-20