El Pentágono, a través de su Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA), ha desarrollado un sistema que le permite disponer de toda la sangre que puedan necesitar sus soldados heridos en el campo de batalla. Se trata de un compuesto artificial que se obtiene a partir de las células madre que poseen los cordones umbilicales humanos desechados durante los partos. Esta sangre artificial podría terminar para siempre con el problema de la escasez de donantes de sangre en zonas de guerra y las dificultades que existen para transportarla a sitios remotos e inaccesibles.
Según los científicos responsables del proyecto, que dependen directamente de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA), las células sanguíneas obtenidas mediante este proceso son funcionalmente indistinguibles de las células sanguíneas normales. Afirman que podrían terminar para siempre con la escasez de donantes de sangre y los problemas relacionados con el transporte de este fluido vital a las zonas de guerra remotas o inaccesibles.
El mecanismo utilizado para su producción se llama “pharming” y es mismo que utilizan las compañías farmacéuticas o empresas del sector para crear sustancias médicamente útiles en enormes cantidades. Básicamente, se toman las células madre existentes en el cordón y se las convierte en grandes cantidades de glóbulos rojos. Según informan los responsables del proyecto, el proceso permite que las células de un solo cordón umbilical produzcan unas 20 unidades de sangre, cantidad que podría salvar la vida de tres o cuatro soldados heridos en el campo de batalla.
Actualmente se han comenzado a producir los primeros cientos de litros de sangre artificial. DARPA ha subcontratado a una empresa llamada Ohio Arteriocyte para esta tarea, la misma a la que le proporcionó en 2008 un presupuesto de unos 2 millones dólares para que pusiese a punto el proceso necesario para producir grandes cantidades de sangre artificial.