El monje Hua Chi, de 70 años, que reside en la provincia de Qinghai (oeste de China) ha dejado sus huellas en la madera después de agacharse para rezar más de 2.000 a 3.000 veces al día durante casi toda su vida.
El monje afirma que ha seguido un ritual estricto durante muchos años, de rezar en el mismo lugar, en el monasterio de la ciudad de Tongren.
‘’Durante mis primeros años podría hacer como dos mil o tres mil veces al día. En estos últimos años lo puedo hacer dos veces y algunos días de invierno lo hago sólo 1000 veces’’.
Hua, quien es doctor de medicina tradicional, espera que su esfuerzo tenga una merecida recompensa y logre su meta, que es tener una suave transición a la otra vida.